Finalmente, en la ciudad de Maturín se daba un evento corriente y no -como ya era costumbre- de metal cristiano, donde la totalidad de las bandas dedican todos sus cánticos a una misma creencia, aspecto intolerante para muchos que no la comparten, pero que por ausencia de conciertos acá, han sido bastante asistidos.El pasado sábado, 16 de mayo, Maturin recibió un evento que por gustos generales era bastante esperado y hasta necesitado para reavivar la escena regional. Ese era el Return of Metal 3, que rompía mencionado estereotipo. Bandas de afuera como lo son Cuarto Magno, de Valencia, y los reconocidos Scythe, de Puerto La Cruz, fueron parte de este evento. Completando el cartel las bandas locales All Is Lost, Morbid Sign, Pro Evolución, Jihad y Mertcurich.
La cita se llevó a cabo en la Casa del Periodista de esta ciudad. Un concierto pautado a las 2 de la tarde -seguramente para empezar a reunir a los asistentes desde temprano- empezó aproximadamente a las 5 de la tarde. Pocos «rockeros» de los que finalmente completaban el recinto se encontraban dentro a inicios del «show».
Con los ajustes de un sonido digno, All Is Lost abrió la «descarga». Una banda que hacia su primera aparición en tarimas, conformada por seis «chamos» que intentan ponerle un «mundo» a lo que hacen, sin nerviosismo alguno y con buena escena. Su estilo se mezcla entre el Metalcore y un Thrash «limpio», con voces finas, melódicas y también rasgadas. Durante su «show» ofrecieron entre sus canciones, un «cover» del grupo All That Remains, “This Calling” y “Dread and the Fugitive Mind” original de Megadeth, que fue cantado por José Mendoza, bajista de Jihad. El público, hasta ese momento unas 120 personas, les apoyó y recibió bastante bien.
Siguiendo la tarde, el concierto continuó con la «potente» música de los «deathmetalers» de Morbidsign, que partía con los integrantes de espaldas y una introducción subliminal de fondo que seducía a la audiencia, para terminarla de despertar y meterlos en el ambiente de lo que estaba por venir. Una improvisada cinta amarilla de «Peligro, No pase» que separaba al público de la tarima, fue destrozada, dejándolos cerca de la tarima.
La música de éste grupo se basa en el Death Metal, con «pintas» técnicas, percibiéndose claras influencias de bandas como lo son Cannibal Corpse, Death o Vader. Sus guitarras son agresivas, rápidas en ocasiones y con algunos cambios de ritmo; el bajo y baterías lograban alternar la melodía de los temas, agregándole un fondo bien trabajado, y en conjunto, dos voces distintas: una gutural bastante áspera y gruesa, interpretada por Alberto Pérez (segunda guitarra), equilibrada con una más rasgada y fina interpretada por Víctor Dimas (guitarra líder).
Muy buena banda, un gran talento, opacado solo por la casi nulidad de su interacción y puesta en escena. Ejemplo de esto sería su «frontman», quien no lograba transmitir sentimientos al público y se le notaba casi sin personalidad y desconfiado. El trabajo de una banda es la de intentar ganarse al público -no solo con su música, sino también- con su espectáculo. Algo que dejaría claro luego siguiente banda, Scythe, metiéndose a la gente en el bolsillo.
Los Morbidsign tocaron temas sobresalientes como “Decapitator Of the Lake” y “Asesino de Sueños”; dos versiones de la banda Death: “Zombie Ritual” y “The Philosopher”, entre otros. La falta de actitud en el escenario hizo que la receptividad del público no fuese aún mayor.
“Arrecho, Maturín”, era la frase que repetía constantemente Jonathan Coa, el vocalista de la banda Scythe, quienes pedían tempranamente el turno porque su bajista debía cumplir con otros compromisos. Su presentación fue un placer excepcional, una de las mejores bandas de Death Metal de todo el territorio venezolano, que sin duda puede pararse delante de cualquiera sin problemas. Estilo, energía y entrega total, sobraban. El típico ejemplo de esas bandas que parecen camiones volquete, en modo «Transformers» y tocando la música más recia, con calidad suprema.
Carácter, greñas largas -a excepción del cantante- y actitud Metal envolvían a un público que muchas veces quedó boquiabiertos. No era para menos: las guitarras distorsionadas sonaban como aviones caza F-16, atrás, la batería era manejada por Ibrahín Chacín, quien hace poco giró por Europa como baterista de la banda alemana Haggard. Por su parte, el vocalista con mirada de «odio» y «dejando el alma» en cada uno de sus temas, se ganaba los halagos del estimado, demostrando que Scythe estaba presente para «destruir» ese escenario.
Su canción más conocida, “Living Corpse With Poison” fue interpretada junto con otras de su repertorio, entre las cuales está la novedosa “Maggots Under My Skin”, un adelanto de lo que será primer álbum de estudio. Tambien, un cover que acostumbra desatar un «pandemonio» entre los asistentes, la poderosa “Raining Blood” de Slayer.
La música progresiva también tuvo su espacio en el Return Of Metal al lucirse el excelente grupo llamado Pro Evolución, formado por un trío de músicos extraordinarios. Sus miembros originales son: Ronny Rojas (guitarrista y voz) y Jesús García (baterista), acompañados por el bajista -invitado para la ocasión- Luis David González; en conjunto y también individualmente, se llevaron el aplauso y halagos del público, pues además de interpretar canciones propias como su conocida “Polvo y Fuego”, cada quien hizo su propia ejecución en solos alucinantes (sobre todo, bajo y batería).
Las canciones de este grupo son composiciones basadas principalmente en el metal progresivo, muy al estilo de bandas como Dream Theater, Rush, Marillion, Porcupine Tree… fusionado con el jazz y también elementos latinos, sobre todo en la batería, que le agrega ritmos sincopados y afrocubanos. Su falla es la de no contar con un vocalista de la misma categoría, siendo el guitarrista quien se encarga de las voces, restándole un poco de calidad al grupo en general.
Mientras tocaban, invitaron al conocido vocalista local Erick Calzadilla (ex Drogui 65), quien cantó muy bien (solo con fallas líricas) el tema “Fucking Hostile” (original de Pantera). La banda también versionó el tema “We Will Rock You” de Queen.
Luego del paraje progresivo, desde Valencia y por segunda vez en la ciudad, Cuarto Magno recitaba su espectáculo Heavy Metal, esta vez más elaborado y «profesional», demostrando mayor madures, y en sus filas, músicos más experimentados. Vale destacar la ejecución de su nuevo y joven baterista (unos 14 años de edad), Tony Pinto, quien confiado ofreció incluso un solo, sorprendiendo al presente.
Cuarto Magno es una banda con un gran nivel, tanto musical como escenográfico. Aunque en aspectos vocales y líricos, raya en parecerse mucho a la banda Gillman, y además existen fallas en el control y tonalidad de la voz. En esta ocasión tocaron temas como: “Ambición”, “Libertador”, “Armagedón”.
La banda de Thrash Death Metal, Jihad luego subió al escenario y acompañado de un «intro» ambiental, anticipaba su buen repertorio de canciones. A esta banda se le ha notado poco a poco su crecimiento, más actitud en cada evento en el que se presentan. Siempre «jugueteando» y «bromeando» con un público que ya los conoce y recibe muy bien.
Una de las cosas que más han mejorado es su calidad vocal, pese a que puedan necesitar de un vocal líder, su guitarrista, Jack Mouissatti, se ha encargado de ésta tarea, ayudado a su vez por el bajista. Para esa noche realizaron varios «covers», entre ellos: “Pito Wilson” de Brujería y “Solución Suicida” de Horcas. Además de temas propios como “Cantos de Guerra” o “Terroristas”.
Al final y durante la presentación de los Jihad, un número significativo de gente ya había abandonado la Casa del Periodista. Quien suscribe, por razones de emergencia, tuvo que hacerlo a poco más del comienzo de la siguiente y última banda de la noche, Mertcurich, presenciando solo un par de temas de este quinteto Thrash Metal. ¡Mil disculpas por esto!
Mertcurich se paró en tarima con el mismo bajista de los Morbidsign y empezaron a rodar su actuación. La banda presenta un estilo parecido al de bandas como Metallica, Megadeth, Testament… y es muy seguro que interpreten en sus conciertos, clásicos de estas bandas, que complementen sus canciones propias. Lamentablemente -probable al agotamiento que significó estar en un evento desde tempranas horas- muy poca asistencia quedó presenciando la tocada de ellos.
El Return of Metal 3, contó con una asistencia no mayor de 300 personas. Son suspirados aquellos tiempos de finales de los 90 y principios de la presente época, en el que el aforo de un concierto en Maturín, no bajaba de las 400 personas y en los mejores momentos hasta 800, si se trataba de un exitoso. Actualmente, bandas las hay, pero la escena y el apoyo es casi nulo. Y solo entre las mismas bandas -como en este caso-son las que hacen posible la organización de un evento. Así pues, cabe esperar que realmente «Regrese el Metal» a esta ciudad «metalera».
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